Ella pasó delante de la mesa donde tomaba mi café, acompañado de un chupito frío de bourbon. La vi, me llamo la atención su pelo negro rizado, limpio. En sus ambas manos portaba una bolsas de tiendas de ropa de diversas marcas. Su caminar era seguro, fuerte. Entre sus pasos dejaba entrever su estatus, parecía alto. Hasta que pude advertir que las bolsas eran reutilizadas, arrugadas, incluso algunas rajadas, rotas. Las bolsas de papel dejaban entrever junto a su peinado, a su atuendo informal, que en esas bolsas arrugadas podían contener cualquier cosa menos ropa recién adquirida en una tienda de esas marcas. Así que decidí observarla más de cerca, la seguí, su coche era un utilitario muy básico, pero podría ser su segundo coche, así que la seguí hasta su casa, vivía a las afueras, exacto, un barrio obrero de cualquier ciudad industrial, mi confirmación fue correcta. Era apariencia la que ella brindaba a su paso, a su caminar. Jerofer. 28/2/22 Campo de Criptana
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