DOMINGOS

Tengo Domingos muy espesos,
Domingos que asfixian el alma
estrujándola contra la garganta.

Esos Domingos salgo de paseo
para liberar esa tensión, esa 
sensación de estar muriendo.

Paseo por las calles que antaño 
nos vieron sonreír, hablar,
hacernos caricias y besarnos.
Tránsito recordando mientras
mis vidriosos ojos se liberan
poco a poco de ese ahogo.

Me siento en una mesa del
café Violín mirando siempre 
hacia la puerta, deseoso de 
verte entrar caminando.

Tengo Domingos espesos
que solo me salvan con el
ayer, con tu recuerdo.

                            Jerofer. 27/4/21
                                  Loreto.

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