TU VISITA
La noche que recibí tu visita resultó el mejor regalo de insomnio. Con los ojos abiertos disfruté tu suave piel sobre mi cuerpo sudoroso. Mientras, no podía parar de observar tu boca, tus entreabiertos labios insinuando tu real y mágico placer. La noche que recibí tu visita mojamos las sábanas con esencias y perfumes prohibidos para el mundo, tan solo tú y yo, abrazados, convertidos en un solo ser. La noche que recibí tu visita llore de alegría desbordada, mi almohada sońó que despertaría a tu lado en la mañana siguiente, pudiendo oler la fragancia de tu flor, palpitar con la suavidad de tu piel, otra vez. La noche que recibí tu visita fue el mejor regalo para mi insomnio. Jerofer. 27/3/21 Campo de Criptana