VENENO
Te siento como droga energética, como veneno que me crece eufórico. Tu cuerpo es el veneno que necesito desde que te probé, desde el dedo de tu pie hasta tu húmeda boca. Enloquecido recorro tu cuerpo con mi lengua dibujando surcos de saliva, disfrutando el sabor de tu piel hasta llegar a tu fruta prohibida, la compartida por decisión, por convicción, por tu veneno. Introduzco mis dedos dentro notando tu ardor, tu calor, tu palpito descontrolado. Mientras te chupo, te lamo bebiendo del elixir de tu fruto caliente, convertido así en el hombre más afortunado y orgulloso. Me ahogo con tu tibio flujo, rebosando la comisura de mi boca entreabierta, mientras mi lengua escudriña tu placer. Veneno, eres mi veneno, y el antídoto para seguir esta vida, esta maldita vida, veneno bésame. Jerofer. 22/3/21 Cartagena