JEROFER CONDUCE

 De la nada surgen versos, letras, sílabas, palabras encadenadas. De la nada nacen sentimientos  que muestran mi penar, mi reír. En la nada quedó ya tú recuerdo abandonado, en una esquina cualquiera de un vacío. Ahí, por imponer tu decisión. A veces resurge con fuerza tu fragancia, tu perfume resultó muy intenso. Pero te oculto antes de hacer sangrar mis heridas ya cicatrizadas, te devuelvo a tu rincón, a tu decisión, seca, sola, a tu nada. Ya no soy tu esclavo, no me tiembla el pulso al pensarte, mis cuencas ya no lloran a mi musa, muestran mi interior, alegre, salvado, gracias a ti. En la nada te encontré, allí decidiste seguir. Camino mi viaje hacia delante cada día y me entristece pensar que ya no alcanzo a oler tu perfume. Aún así,              gracias, desde mi nada. Deseo que subas, que avances la escalera desde la tuya. Mientras nada, gracias!!!!                                                        18/10/2020                                            Campo de Criptana       

 Quiero,              deseo en lo más oculto  que me sueńes, que me busques. Que te duela el alma por lo que   te ofrecí sin tu ser consciente, ni capaz de apreciar en ese momento. Hoy,        quiero,                   deseo que me sueńes, que desees lo perdido en el tiempo. Que saques lo enterrado dentro de ti, a la fuerza, te obligaron. Deseo en lo más oculto de mí que tu felicidad sea sońada conmigo, deseo en lo más oculto que me sueńes, que tú vuelvas a buscarme en el andén donde nos separamos sin decir adiós. Deseo en lo más oculto de mi ser sentir, entiendo que tu silencio aún  guarda sentimientos ocultos por fuerza de terceros. Deseo en lo más oculto que me  sueńes cada noche, que vuelvas.                                        DUNKERQUE.  F.                                             11/10/2020                                              Jerofer.

 Busco mi sol a diario en lugares desconocidos, mi alma congelada se hermana con el gélido día. Busco mi sol. Pero en otońo los grises hacen encoger el corazón, latidos aletargados por pensamientos fríos, tristes. Busco mi sol en rincones  donde solo veo miseria. Pasos lentos avanzan mi camino  hacia el invierno blanco, aunque nunca acabo de llegar. Es un continua lucha!!!!! Días vividos relegados a una prisión acristalada donde se respira una realidad cautiva. Busco mi sol igual que el afluente busca su río, pero nunca llego a tiempo de poder mezclarme, y me hielo.                                      DUNKERQUE.  F                                            11-10-2020                                             Jerofer.

 Contaba los segundos para sentir el tacto de tu piel sobre mí. Contaba los kilómetros  rectando la distancia  para abrazarte otra vez. Contaba,              contaba y contaba siempre pensándote, contaba  para acariciar tus labios. Pero un día deje de lado el contador que angustia  el alma y ahoga la mente. Deje de contar contigo  dado que tú no contabas conmigo, así salvé mi corazón, lo liberé del dańo que sufría a la  distancia del amor, indiferencia. Ahora,           cuento nubes,                                pájaros, y los charcos que salto  tras la fuerte tormenta. Ahora, cuento sólo conmigo, dándome cuenta que para ti  solo fui un juego, uno más. Para mi fuiste un todo, única, mi amor más maduro y real, pero todo resultó un carnaval donde disfrazaste tus emociones  escondídas, mintiendo a mi  enamorado corazón. Ahora,           ya no cuento.                                    Dunkerque. F.                                          10/10/2020                                      

 Cordial,               simpatíca,                               amable. Cohibida,coartada,reprimida. Tu actitud depende del viento que sopla a diario tu espalda. En noches de luna llena me desbordo llamándote incansablemente al teléfono. Videollamadas no contestadas se clavan en mis entrańas haciendo de ellas un volcán en erupción, donde la sangre brotada chorrea como un río incandescente que abrasa mi piel, haciendo emerger  lágrimas en mis ojerosas cuencas. La mujer que más quiero está ocupada  en sus cositas, aplazándome para después. En noches de luna llena, ansiosas, donde te necesito más que nunca. Aunque como reprocharte a ti, que me necesitaste siempre, aún, pero te obligué a vivir sin mi, lejos, separados. Como reprochar que yo marchara, como reprocharte que apagues tu rencor causado por mi distancia, por mi abandono. En noches de luna llena eres la Única.                                              MONTMELÓ                                                   1/10/2020        

 En su joven vida tan sufrida se convirtió en hombre maduro antes de su tiempo natural. Los baches y hoyos del camino le hicieron ser una bella persona, responsable de sus actos. Dé gusano paso a mariposa  sin darse cuenta de sus alas, era tan bello que volaba libre. No tenía consciencia de su ser  puesto que se centraba en los demás  sin observar su vuelo raso, libre. Sus colores aleteaban al viento llegando a rincones inimaginables, sacudiendo el polvo de mi vejez. Admiración siento por él  a cada segundo compartido de esta misera existencia. Fuerza,            empuje,                        comprensión, de alguien que no se dedica a ser el último de la fila. Remando una barca cargada de personas que le pesan en la espalda. Deseo que consigas tus metas.                              Campo de Criptana                                       27/9/2020                                         Jerofer.

 Tenía un café tan largo que había que calentarlo varias veces, siempre. Sus palabras, sabias por lo vivido antańo, distinto tiempo, difíciles. Sabias por ser él sabio. Hacía que el café  se enfriará a cada segundo, paralizaba el reloj, congelaba. Tenía un café tan largo que no tenía prisa por acabar, hablaba pausado, respirando cada pensamiento antes de  exponerlo, de expulsarlo. Las ondas de sus sentimientos  volaban al aire de la habitación  como burbujas de un pompero. Flotaban lentas, ascendían, explotaban  instantáneas mientras otras nacían, superpuestas, entrelazadas. Soplaba suavemente sus recuerdos, acariciaba su interior más profundo, buscando cada rincón ya empolvado  de su vieja memoria. Limpiaba el polvo despacio, luego fluía sin pausa, lúcido, sin prisa. Tenía un café tan largo. Hablábamos en tertulias de tarde, en mesa camilla y en enaguillas, cuando la lluvia con viento hacia que se fuese la electricidad, renaciendo así la luz de la vela en palmatorias de cerámica. Mi a