MARCHE
Marché al día siguiente de tomar la decisión, la tuya. Marché al tú pedir tiempo, parar, detenernos, aparcar algo único e irrepetible. Lo hice, marché. Pero marché emborrachándome, como los borrachos lo hacen a diario. Pensé olvidarte de esa forma, el resultado fue dolor de cabeza a la mañana siguiente, aún te pienso. Marché por el mismo camino cual llegue a ti, sin avisar, en silencio, así lo quieres tú. Marché con la ilusión de recordarte feliz, sonriente y libre. De momento consigo verte así. Marché sintiendo esa última tarde, esa íntima vez, sintiendo mis tripas doloridas, el desgarro de mi pecho abierto en canal. Marché sin mirar atrás, no te quise ver, no pude, la tentación de agobiar tu decisión me empuja a caminar en dirección contraria a la tuya, a tu florida espalda, la misma que cobija tu valentía, el dorso de tu dura alma, la de la guerrera que eres. Yo marché con la mochila repleta de amor, de ti, de momentos, vivencias compartidas y disfrutadas. Marché con la ilusión d